Riceberry, el superarroz tailandés

Riceberry es un arroz integral tailandés de grano largo, color púrpura intenso, creado en 2002 por el Rice Science Center de la Universidad Kasetsart (Tailandia). Surge del cruce de un arroz morado local (Jao Hom Nin) con el popular arroz jazmín fragante (Hom Mali 105). Tras cuatro años de investigación centrada en sus propiedades nutricionales y antocianinas, los investigadores obtuvieron un grano integral de color morado oscuro, con textura suave y sabor agradable. El objetivo era maximizar su valor nutritivo junto al aroma y sabor, de modo que resulte sabroso y saludable a la vez.


Fotos: Anatskwong - Daniel Aragay
Sabor y textura
Riceberry destaca por su textura tierna y su delicado aroma dulce. Al cocinarse sus granos quedan suaves —parecidos al arroz integral pero aún más tiernos— y desprenden un aroma fragante característico. Su sabor tiene un ligero toque dulce y a nuez, diferente al del arroz blanco común. Estas cualidades sensoriales son precisamente las que nos fascinan: en cada bocado disfrutamos de su textura agradable y su aroma aromático, lo que hace de cada comida algo especial.
Propiedades y beneficios nutricionales
Riceberry destaca por su excepcional perfil nutricional. Entre sus propiedades notables se encuentran:
- Antioxidantes (antocianinas): Gran aporte de antocianinas y otros compuestos fenólicos que le dan el color púrpura. Estos antioxidantes ayudan a reducir la inflamación y proteger las células. El salvado de Riceberry, en particular, está cargado de estas sustancias beneficiosas.
- Vitaminas y minerales: Contiene tres veces más hierro que el arroz blanco común, además de vitaminas antioxidantes como la E, betacaroteno (precursor de la vitamina A) y folatos (B9). Estos micronutrientes son esenciales para la salud sanguínea, la piel, la visión y el sistema inmunológico.
- Fibra y proteína: Al ser un arroz integral, tiene más fibra dietética y algo más de proteína que el arroz blanco. Esto favorece la digestión y la sensación de saciedad.
- Ácidos grasos Omega-3: Posee compuestos antiinflamatorios como el omega-3, que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer.
- Índice glucémico moderado: Con un índice glucémico alrededor de 62, aporta energía sostenida sin elevar tanto la glucosa en sangre como un arroz blanco pulido.
En conjunto, estos nutrientes hacen de Riceberry un superalimento. Su consumo frecuente se asocia con la prevención de enfermedades crónicas relacionadas con la dieta (diabetes, enfermedades cardiovasculares, colesterol alto, obesidad e incluso algunos cánceres). Por su riqueza nutricional, cada vez más consumidores conscientes lo incluyen en su alimentación diaria.


Fotos: Daniel Aragay
Consumo y precio
Riceberry se cultiva principalmente en las regiones norte y noreste de Tailandia y suele venderse en mercados orgánicos o gourmet. Su precio es notablemente más alto que el del arroz común: en Tailandia llegó a cotizarse unas 50 baht/kg en el mercado interno (equivalente a unos 2–3 veces el costo de un arroz blanco estándar). En mercados exportadores incluso supera los 200 baht/kg. Esto se debe a su demanda en productos premium y a su cultivo a menudo orgánico.
A pesar de su mayor costo, en nuestra casa lo consideramos una inversión en salud y sabor. Lo consumimos casi a diario porque, para nosotros, merece la pena nutrirnos con ingredientes de alta calidad. Pensamos que vale la pena invertir un poco más en un arroz lleno de nutrientes y sabor, disfrutando así de las pequeñas cosas que nos hacen felices cada día. Aunque es caro en comparación con el arroz blanco, sus beneficios y su delicioso sabor justifican el gasto.
Conclusión
En definitiva, Riceberry es más que un arroz exótico: es un cereal nutritivo, sabroso y colorido, ideal para quien busca mejorar su dieta diaria. Su textura suave, su sabor delicado y su alto contenido de antioxidantes y vitaminas lo convierten en un ingrediente estrella. Para nosotros, comer Riceberry casi a diario es un pequeño lujo saludable que nos recuerda la importancia de elegir bien lo que ponemos en el plato y así disfrutar de cada día.